domingo, 25 de noviembre de 2012

La gran Alfonsina

Hoy se celebra el día internacional de no violencia contra la mujer, inspirado en las corajudas hermanas Miraval, que se enfrentaron a la aterradora tiranía de Rafael Leonidas Trujillo en República Dominicana. Mujeres bravías y ejemplares. Pero hay otras mujeres que aportaron a su independencia con el don maravilloso de su canto o, más precisamente, de sus versos. Una de ellas fue la gran Alfonsina Storni, cuya biografía recomiendo. Padeció más a las finales, víctima de una enfermedad. Se suicidó, saltando al mar desde una escollera (no caminando lentamente mar adentro) y se suicidó poco tiempo después que se suicidaran dos grandes (el primero, su amigo), Horacio Quiroga y Leopoldo Lugones.

Quiroga tuvo una vida trágica, que asombra y espanta. Lugones había recibido los primeros versos de Storni, pero hizo mutis, tan celoso él de las rivalidades. Así fue.

Sugiero leer a esta gran poeta. La poesía es una, no hay de hombres y de mujeres, por lo que la llamo poeta y no poetisa. Punto. Ella escribió magníficos versos, pero de los que suelo reescuchar (porque las grabo y me deleito en la voz que los recita) mi dilección va por este poema.
Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada
Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario